Los ritmos de desarrollo son diferentes para cada una de las capacidades físicas básicas (resistencia, fuerza, flexibilidad, velocidad), por lo que existen unas “fases sensibles”, durante las cuales el organismo es especialmente es especialmente receptivo para el desarrollo de estas capacidades. Durante las dos primeras décadas de nuestra vida experimentamos una evolución creciente de todas las capacidades físicas básicas, exceptuando la flexibilidad, como la única de las capacidades que comienza a decrecer desde edades tempranas si no se entrena habitualmente. Tampoco debemos olvidar, como bien dicen García Manso y col. (1996), que ésta es una capacidad fuertemente determinada por el potencial genético, a la vez que las mujeres suelen experimentar niveles de flexibilidad mayores que los chicos debido a una mejor dotación anatómica, especialmente a nivel de la cadera.
Es precisamente al llegar a la etapa de la pubertad, entre los 12 y los 14 años (inicio de la adolescencia), cuando se produce una eclosión hormonal que tiene como consecuencia un desarrollo acentuado de las diferentes capacidades físicas básicas, existiendo, como es lógico, notorias diferencias entre géneros.
Evolución en el desarrollo motor de los alumnos de Educación Secundaria
Como bien sabemos, el período que transcurre durante la pubertad y adolescencia coincide con la etapa de Educación Secundaria, momento en que nuestros alumnos experimentan cambios importantes en su desarrollo físico y motriz. Podemos destacar los siguientes aspectos en la evolución de las diferentes capacidades físicas, asociados a la etapa de la adolescencia:
- Respecto a la flexibilidad: es la única cualidad que experimenta una involución temprana, de ahí que debamos incidir en nuestros planteamientos didácticos acerca de la importancia de su entrenamiento.
- Respecto a la velocidad: esta cualidad experimenta un aumento notorio incluso antes de la pubertad, si bien culmina su evolución en la etapa de la adolescencia si no se continúa entrenando.
- Respecto a la fuerza: nuevamente la pubertad es una etapa clave en el desarrollo de esta capacidad, con diferencias acentuadas entre chicos y chicas. Los chicos, debido a cuestiones hormonales (aumento en la producción de testosterona), experimentan mayores niveles de masa muscular y, en consecuencia, de fuerza; evolución que continúa hasta el final de su adolescencia incluso sin entrenamiento. Las chicas, por el contrario, no experimentan una aceleración tan rápida, a la vez que su evolución puede estancarse en esta etapa si no entrenan su condición física de forma regular.
- Respecto a la resistencia: esta cualidad también experimenta un aumento notorio durante la pubertad debido al incremento de los sistemas fisiológicos responsables, como el cardiorrespiratorio y el hormonal; y el final de la adolescencia, como período de estabilización del crecimiento, también es una fase muy adecuada para el desarrollo de esta cualidad.
Debemos tener muy presente que tanto los chicos como las chicas responden de igual manera al ejercicio físico, si bien los valores absolutos entre unos y otros reflejan diferencias notorias por cuestiones puramente fisiológicas, aspecto que debemos tener muy en cuenta en nuestros planteamientos didácticos.
Las Fases Sensibles.
Como es de suponer, no siempre es posible entrenar con la misma eficiencia en todas las edades, pudiendo diferenciar unas fases o períodos cronológicos en los que hay una predisposición favorable para el desarrollo de las capacidades físicas básicas. Son las denominadas fases sensibles o críticas.
Si durante estas fases o períodos aplicamos un trabajo con cargas apropiadas, acordes a las características del sujeto, se producirán aumentos acentuados en el nivel de condición física.
No obstante, también debemos tener en cuenta que en estas edades de crecimiento es conveniente plantear un trabajo multilateral frente a un trabajo de especialización. De esta manera estaremos favoreciendo un desarrollo global en la condición física del sujeto, que a posteriori nos permitirá afrontar con garantías un trabajo más específico.
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Extraído de Pixabay. Autor annca. Fuente CCO. https://pixabay.com/photo-2910951/ |
Atendamos según Blanco y Costes (1998) a las fases sensibles correspondientes a cada capacidad básica:
La Flexibilidad:
- La flexibilidad pasiva (p.ej., al realizar estiramientos sostenidos) se puede entrenar desde los primeros años de vida, debido a la escasa masa muscular y al elevado nivel elástico y cartilaginoso de los huesos.
- La flexibilidad activa (p.ej., al realizar ejercicios de movilidad articular), en cambio, presenta su fase sensible entre los 8 y los 12-13 años, debido a aspectos neuronales asociados a una mejora de la velocidad.
La Velocidad:
- Para la velocidad gestual (p.ej., al realizar un gesto deportivo específico, como un lanzamiento explosivo en atletismo), la fase sensible se presenta entre los 8 y los 14-15 años, si bien las chicas culminan antes dicha fase.
- Para la velocidad de reacción (p.ej., al realizar una salida explosiva en una carrera de corta distancia) y la velocidad de desplazamiento (p.ej., al realizar una carrera en sprint), la fase sensible se adelanta respecto a la gestual, entre los 6-7 años y los 11-12 años.
La Fuerza:
- Para la fuerza-máxima (p.ej., al soportar cargas que sólo nos permitan hacer un número mínimo de repeticiones), la fase sensible se presenta durante la pubertad, debido a la acción de las hormonas anabolizantes y la maduración sexual. En las chicas esta fase culmina antes.
- Para la fuerza-resistencia (p.ej., al soportar cargas que nos permitan hacer un número elevado de repeticiones) y la fuerza-velocidad (p.ej., al realizar repeticiones con cargas a una velocidad considerable), la fase sensible se presenta en la edad infantil, aproximadamente a los 8 años de edad, hasta el inicio de la adolescencia (12-13 años), si bien otros autores como F.Navarro (1995, cit. García Manso, 1996) la retardan bastante más, entre los 10 y los 14 años para la fuerza-velocidad, y los 12 y los 16 años para la fuerza-resistencia.
La Resistencia:
- La resistencia aeróbica es una cualidad que puede empezar a desarrollarse desde la edad preescolar, si bien la llegada de la pubertad favorece su desarrollo por la ya mencionada eclosión hormonal que a su vez provoca una mayor eficiencia de los sistemas funcionales responsables; el final de la adolescencia, como período de estabilización del crecimiento, también es una fase muy adecuada para el desarrollo de esta cualidad.
- Para la resistencia anaeróbica (intensidades que rondan o superan el 80-90% de la FC máx.) es conveniente esperar a la llegada de la pubertad, e incluso más tarde, por necesitarse una base aeróbica adecuada.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
Alvarez del Villar, C. La preparación física del futbolista basada en el atletismo. Madrid. Gymnos. (1983).
Blanco, A., Costes, A. Las capacidades físicas básicas (tema 16). En Temario de Oposiciones para el área de Educación Física. (VVAA). 2ª Ed. Barcelona. Inde. (1998).
García Manso, J.M., Navarro, M., Ruiz, J.A. Bases teóricas del entrenamiento deportivo. Principios y aplicaciones. Madrid. Gymnos. (1996).
Sánchez Bañuelos, F. Bases para una didáctica de la Educación Física y el Deporte. Madrid. Gymnos. (1984).